viernes, 30 de octubre de 2015

El viejo y el mar, Ernest Hemingway



     Era un viejo que pescaba solo en un bote en el Golf Stream y hacía ochenta y cuatro días que no cogía un pez. En los primeros cuarenta días había tenido consigo a un muchacho. Pero después de cuarenta días sin haber pescado, los padres del muchacho le habían dicho que el viejo estaba definitiva y rematadamente salao, lo cual era la peor forma de mala suerte, y por orden de sus padres el muchacho había salido en otro bote que cogió tres buenos peces la primera semana. Entristecía al muchacho ver al viejo regresar todos los días con el bote vacío, y siempre bajaba a ayudarle a cargar los rollos de sedal o el bichero y el arpón y la vela enrollada al mástil.

       Ernest Hemingway, El viejo y el mar, Editorial planeta, S.A.,
      Seleccionado por Julia Mateos Gutiérrez curso 2015-2016

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