jueves, 26 de enero de 2017

El banquete, Platón

       - En verdad, Erixímaco -dijo Aristófanes-, tengo en mente hablar de manera algo diferente a como tú y Pausanias habéis hablado. A mí, en efecto, me parece que los hombres no se dan cuenta en absoluto del poder del amor, ya que, si se hubieran dado cuenta, le habrían construido los más grandes santuarios y altares, y le harían los sacrificios más grandes, no como ahora, que no sucede nada de esto acerca de él, cuando debí suceder por encima de todo. Pues es, de los dioses, el más amigo de los hombres, ya que los ayuda y es su médico en enfermedades de las que, una vez curados, provendría la mayor felicidad para el género humano. Yo, pues, trataré de exponeros su poder, y vosotros, por vuestra parte, seréis maestros de otros. Pero debéis, en primer lugar, conocer la naturaleza humana y sus vicisitudes, ya que nuestra naturaleza de antaño no era la misma de ahora, sino distinta.


       Platón, El banquete. Madrid, Alianza. Clásicos de Grecia y Roma, octava edición, 2006. Página 80.
       Seleccionado por Andrea Alejo Sánchez. Primero de bachillerato, curso 2016-2017.

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