lunes, 29 de septiembre de 2014

La quimera del oro, Jack London

CAPÍTULO SEGUNDO

     -Carmen no durará más de un par de días.
     Mason escupió un trozo de hielo y observó compasivamente al pobre animal. Luego se llevó una de sus patas a la boca y la comenzó a arrancar a bocados el hielo que cruelmente se apiñaba entre los dedos del animal.
     -Nunca vi un perro de nombre presuntuoso que valiera algo -dijo, concluyendo su tarea y apartando a un lado al animal-. Se extinguen y mueren bajo el peso de la responsabilidad. ¿Viste alguna vez a uno que acabase mal llamándose Cassiar, Siwash o Huskey? ¡No, señor! Echale una ojeada a Shookum, es...
     ¡Zas! El flaco animal se lanzó contra él y los blancos dientes casi alcanzaron la garganta de Mason.
     -Conque sí, ¿eh?
     Un hábil golpe detrás de la oreja con la empuñadura del látigo tendió al animal sobre la nieve, temblando débilmente, mientras una baba amarilla le goteaba por los colmillos.
     -Como iba diciendo, mira a Shookum, tiene brío. Apuesto a que se come a Carmen antes de que acabe la semana.
     -Yo añadiré otra apuesta contra ésa -contestó Malemute Kid, dándole la vuelta al pan helado puesto junto al fuego para descongelarse -. Nosotros nos comeremos a Shookum antes de que termine el viaje. ¿Qué te parece, Ruth?
     La india aseguró la cafetera con un trozo de hielo, paseó la mirada de Malemute Kid a su esposo, luego los perros, pero no se dignó a responder. Era una verdad tan palpable, que no requería respuesta. La perspectiva de doscientas millas de camino sin abrir, con apenas comida para seis días para ellos y sin nada para los perros, no admitía otra alternativa. Los dos hombres y la mujer se agruparon en torno al fuego y empezaron su parca comida. Los perros yacían tumbados en sus arneses, pues era el descanso de medio día, y observaba con envidia cada bocado. 



Jack London, La quimera del oro, Pinto (Madrid), ed. Anaya, 1991, página 23.
Seleccionador por Alain Presentación Muñoz. Segundo de bachillerato. Curso 2014/2015

No hay comentarios:

Publicar un comentario