lunes, 6 de octubre de 2014

Los miserables, Victor Hugo

                                                         LIBRO OCTAVO
                       LOS CEMENTERIOS TOMAN LO QUE LES DAN

         Capítulo I DONDE SE TRATA DE CÓMO SE PUEDE ENTRAR EN UN CONVENTO 

     En esta casa había <> Juan Valjean, según decía Fauchelevent.
     Había saltado por la pared del jardín que formaba el ángulo de la calle Polonceau ;el himno angélico que había oío en medio de la noche era el canto de maitines de las monjas ; la sala que había visto en la oscuridad , era la capilla ; la fantasma tendida en tierra , era la hermana en el acto del desagravio ; la campanilla cuyo ruido le había sorprendido tanto , era el cencerro del jardinero sjeto a la pierna del tío Fauchelevent.
     Acostada ya Cosette , Juan Valjean y Fauchelevent habían cenado , como hemos dicho , un pedazo de queso y una copa de vino al amor de una buena leña ; y como la única cama que había estaba ocupada por Cosette , se habían echado cada uno en un haz de paja. Juan Valejean antes de cerrar los ojos , había dicho : << Es preciso que me quede aquí>>, y estas palabra habían estado dando vuelta toda la noche en el cerebro de Fauchelevent.






Victor Hugo , Los miserables , Barcelona , RBA , 1994 , página 496.
Seleccionado por Lucía Pintor del Mazo. Segundo de bachillerato. Curso 2014/2015





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