lunes, 6 de octubre de 2014

Las flores del mal, Charles Baudelaire

Correspondencias

Naturaleza es templo cuyos vivos pilares 
dejan, algunas veces, salir confusos nombres;
es un bosque simbólico que recorren los hombres
a los que siempre mira con ojos familiares.

Igual que largos ecos de lejos confundidos
es una tenebrosa y profunda unidad, 
basta como la noche, y con claridad 
se responden colores, aromas y sonidos.

Hay perfumes tan frescos como carnes de infantes,
dulces como los oboes, verdes cual prado inmenso, 
- y los hay corrompidos, ricos y triunfantes.

Charles Baudelaire, Las flores del mal, Madrid, Cátedra,2008, página 136, seleccionado por: Pablo Galindo Cano, 2º de Bachillerato 2014-2015

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