viernes, 15 de enero de 2016

El cementerio marino, Paul Valéry

Calmo techo surcado de palomas, 
palpita entre los pinos y las tumbas; 

mediodía puntual arma sus fuegos 

¡El mar, el mar siempre recomenzado! 

¡Qué regalo después de un pensamiento 

ver moroso la calma de los dioses!


¡Qué obra pura consume de relámpagos 
vario diamante de invisible espuma, 

y cuánta paz parece concebirse!

Cuando sobre el abismo un sol reposa, 

trabajos puros de una eterna causa, 

el Tiempo riela y es Sueño la ciencia.


Tesoro estable, templo de Minerva, 
quietud masiva y visible reserva; 

agua parpadeante, Ojo que en ti guardas 

tanto sueño bajo un velo de llamas, 

¡silencio mío!... ¡Edificio en el alma, 

mas lleno de mil tejas de oro. Techo!



Paul Valéry, El cementerio marino,http://www.lamaquinadeltiempo.com/valery/cement02.htm, seleccionado por Daniel Carrasco Carril, segundo de bachillerato, curso 2015-2016

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