viernes, 15 de enero de 2016

Las olas, Virginia Woolf


«La marea comienza a descender. Los árboles afirman nuevamente sus raíces en la tierra. Las olas de sangre que golpeaban mis costados se apaciguan y mi corazón echa anclas, semejante a un barco cuyas velas se deslizan, cayendo suavemente sobre el puente inmaculado. El juego ha concluido. Es hora de ir a tomar el té».

La pandilla de jactanciosos se ha marchado finalmente a jugar cricket —dijo Luis—. Se han marchado en el gran break cantando en coro. Todos vuelven la cabeza simultáneamente en el instante en que van a desaparecer detrás del bosquecillo de laureles. Sin duda, se habrán puesto a jactarse de nuevo: el hermano de Larpent jugó fútbol con el equipo de Oxford: el padre de Smith completó cien puntos en el match de Lord. Archie y Hugo: Parker y Dalton: Larpent y Smith. Luego, los mismos nombres se repiten nuevamente: Archie y Hugo, Parker y Dalton: Larpent y Smith: los nombres son siempre los mismos. Ellos son scouts, juegan cricket: son miembros de la Sociedad de Historia Natural. Andan siempre en bandas y desfilan de a cuatro, llevando insignias en sus gorras y haciendo un saludo simultáneo al pasar junto al retrato de su jefe. ¡Cuán majestuoso es su orden, cuán hermosa su obediencia! Si yo pudiera seguirles, si pudiera estar entre ellos, sacrificaría con gusto todo lo que sé. Pero ellos maltratan a las mariposas, les arrancan las alas y arrojan a los rincones pañuelos sucios y manchados de sangre. Ellos hacen llorar a los niños pequeños en los corredores oscuros. Tienen grandes orejas rojas que sobresalen bajo sus gorras. Sin embargo, Nerine y yo querríamos parecernos a ellos… Yo les miro pasar con envidia. Escondido detrás de alguna cortina, observo con deleite la simultaneidad de sus movimientos. Si sus piernas reforzaran las mías ¡cómo correría yo con ellos! Si yo anduviera en su compañía si hubiera ganado partidas de cricket con ellos y hubiera remado eh las grandes regatas y hubiera galopado con ellos el día entero, ¡cómo cantaría canciones a voz en cuello por las noches! ¡Qué torrente de palabras brotaría entonces de mi garganta!

—Percival se ha marchado —dijo Neville—. No piensa en otra cosa que en el match. Ni siquiera nos hizo un saludo con la mano cuando el break desapareció detrás del arbusto de laureles. Me desprecia porque soy demasiado débil para tomar parte en el juego (a pesar de que se muestra siempre bondadoso ante mi debilidad). Me desprecia por que no me inquieto por saber si van a ganar o a perder, excepto en la medida en que él mismo se inquieta. El acepta mi devoción temblorosa y servil, acepta la oferta que le hago de mí mismo, yo que le desprecio por su inferioridad mental. Porque ni siquiera es capaz de leer. Sin embargo, cuando leo a Shakespeare o a Catulo tendido sobre el césped, él comprende mejor que Luis. No entiende el sentido de las palabras… pero, ¿qué son las palabras? ¿Acaso no se yo rimar, acaso no puedo imitar a Pope, a Dryden e incluso a Shakespeare? Pero soy incapaz de permanecer todo el día a pleno sol, con los ojos fijos en la pelota; soy incapaz de sentir pasar la pelota junto a mi cuerpo y no pensar en otra cosa que en ella. Toda mi vida permaneceré aferrado a los bordes de las palabras… Sin embargo, me sería imposible vivir con Percival y soportar su estupidez. Sin duda, debe ser grosero y debe roncar al dormir. Se casará y hará escenas de ternura por la mañana, a la hora del desayuno. Pero ahora es joven y nada, ni siquiera una hebra de hilo, ni una hola de papel, se interpone entre él y el sol, entre él y la lluvia, entre la luna y él cuando yace desnudo, ardoroso, hecho un ovillo en su lecho. En este momento, mientras el break se desliza sobre el camino, su rostro se mancha de rojo y amarillo. En breve se quitará el vestón, se pondrá de pie con las piernas separadas, las manos listas, vigilando la barrera. Y en su interior rezará: «¡Dios mío, permitid que ganemos!…» La victoria de su equipo será su único pensamiento.

V.Woolf, Las olas, biblio3.url.edu.gt/Libros/2011/las_olas.pdf
Seleccionado por Clara Fuentes Gómez, Segundo de Bachillerato. Curso 2015-2016.

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