lunes, 27 de octubre de 2014

El tambor de hojalata, Günter Grass.

LA TRIBUNA


       Al romper con mi canto los vidrios de las ventanas del foyer del Teatro Municipal, buscaba yo y establecí por vez primera contacto con el arte escénico. A pesar de los apremiantes requerimientos del vendedor de juguetes Markus, mamá hubo sin duda de darse cuenta aquella tarde de la relación directa que me unía al teatro, porque es el caso que, al aproximarse la Navidad sigue, compró cuatro entradas, para ella, para Esteban y Marga Bronski y también para Óscar, y el último domingo de Adviento nos llevó a los tres a la función infantil. Estábamos en primera fila de la segunda galería. La soberbia araña, colgando sobre la platea, daba lo mejor de sí. Celebré no haberla hecho polvo con mi canto desde la Torre de la Ciudad.



       Günter Grass, El tambor de hojalata, Editorial, Santillana Ediciones Generales, S.L. página, 141
       Seleccionado por Alejandro López Sánchez. Segundo de Bachillerato. Curso 2014/2015






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