lunes, 27 de octubre de 2014

Los cuentos de así fue, Rudyard Kipling



COMO SE ESCRIBIÓ LA PRIMERA CARTA


   Y es que era verdad que estaban todos. En primera fila iban Teshumai Tewindrow y las señoras neolíticas, sujetando con fuerza al extranjero, que llevaba el pelo lleno de barro (aunque era un tewara). Detrás iban el jefe supremo, el vice-jefe los jefes suplente y ayudante ( armados todos hasta los dientes), los atamanes y jefes de centurias, los pelotoneros con sus pelotones y los dolmanes con sus destacamentos; las filas de atrás las ocupaban negrusos, woones y akhondes ( armados también hasta los dientes). Detrás iba la tribu en orden jerárquico, desde los dueños de cuatro cuevas ( una por cada estación) un corral de reno y dos saltos de agua frecuentados por salmones, hasta los villanos de mandíbula interior sobresaliente sometidos a un señor, con derecho tácito a media piel de oso en las noches de invierno, y eso solo a siete metros del fuego; y finalmente los siervos de la tierra que, como tributo, por todo animal que mataban debían entregar al señor el espinazo roído. Allí estaban todos, dando cabriolas, gritando y asustando a todos los peces que había en veinte kilómetros, lo que Tegumai les agradeció con un fluido discurso neolítico.

Rudyard Kipling, Los cuentos de así fue, Móstoles (Madrid), Akal Literaturas, 2002,página 142.
Seleccionado por: Pablo Galindo Cano. Segundo de bachillerato. Curso 2014-2015.

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