lunes, 27 de octubre de 2014

Moby Dick, Herman Melville

                                            CAPÍTULO XLV
                                            El testimonio


     Para lo que pueda tener de novela este libro, y, desde luego, en cuanto se refiere indirectamente a una o dos curiosas e interesantes particularidades de las costumbres de los cachalotes, el capítulo precedente, en su parte inicial, es tan importante como cualquier otro que se encuentre en este volumen, pero su materia básica requiere todavía que nos extendamos y nos familiaricemos máscon ella, para que se entienda adecuadamente, y además para eliminar cualquier incredulidad que la profunda ignorancia de todo el asunto pueda producir en algunas mentes, en cuanto a la verdad natural de los principales puntos de esta cuestión.
     No me imorta ser meticuloso en la realización de esta partede mi tarea, pero me contentaré con producir la impresión deseada mediante citas separadas e partidas que, como ballenero, sé que son reales y fidedignas; y de esas citas, entiendo que se seguirá naturalmente y por sí misma la conclusión a que apunto con mi intención.



                             



Herman Melville, Moby dick. Editorial Planeta. página,245. 1, Barcelona.
Seleccionado por Pablo del Castillo Baquerizo . Segundo de bachillerato, curso 2014/2015

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