DON JUAN Bah! ¿Qué necesitas que agregue? Tú no entiendes que cuando estuve cara a cara con una mujer cada fibra en mi claro y critico cerebro me advirtió que se lo ahorrara a ella y me salvara a mi mismo. Mi moral me decía no. Mi consciencia decía no. Mi caballerosidad y mi piedad hacia ella me decían que no, mi respeto y prudencia me decía que no. Mi oído, practicó cientos de canciones y sintonías. Mi ojo ejercitó cientos de pinturas; rasgo su voz sus características y sus fragmentos de color. Atrapé todas las semejanzas de su padre y madre por lo cual supe que ella podía tener alrededor de 30 años. Note el destello de oro de un diente muerto en su sonriente boca. Hice una curiosa observación de extraños olores de los químicos de los nervios. Las visiones de mis ensueños románticos me abandonaron en aquella hora suprema. Los recordaba desesperadamente, se esforzaron por recuperar su ilusión pero ahora parecían los más vacíos de invenciones. Mi juicio no debería ser corrompido; mi cerebro todavía dijo no en cada edición. Y mientras estaba en el acto de enmarcar mis disculpas para esa dama, la vida me agarro y me tiró a sus brazos como un marino tira los desechos de pescado en la boca de las aves marinas.
Lord Byron, Don Juan en los infiernos, http://donjuanenelcieloyelinfierno.blogspot.com/2009/05/traduccion-al-espanol-del-fragmento-de.html. Seleccionado por Susana Sánchez Custodio, Curso 2009-2010, segundo de Bachillerato.
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