EL SUEÑO.
Hay muchas personas que dicen que en sueños
todo es una fábula, todo una mentira;
no obstante, sucede que pueden soñarse
cosas que no son nada fabulosas
sino que, al contrario, son muy verdaderas.
Y así podría traer de testigo
un autor famoso llamado Macrobio,
que nunca a los sueños tuvo por quimeras
y que escribó aquella visión
que le sucedió al rey Escipión.
Así, todo aquel que piense o que diga
que sea una broma o cosa de locos
creer que los sueños son tan verdaderos,
quien esto sostenga, que me llame loco.
Pues en cuanto a mí, estoy convencido
de que nosrevelan el significado
del bien y del mal que ocurre a la gente;
puesmuchaspersonas sueñan por la noche
muchísimas cosas que entender no pueden,
pero que después se ven perfectamente.
Así, cuando yo cumplí veinte años,
al punto en que Amor toma posesión
de todos los jóvenes, estaba acostado
una bella noche, tal como solía,
y quedé dormido muy profundamente;
un sueño me vino mientras que dormía,
el cual fue muy bello y mucho me plugo.
Y en mi sueño nada sucedió,ni unsolo detalle, quedespués los hechos
nohayan confirmado tal como soñé.
Está en mi intención contároslo todo
para amenizar vuestros corzones:
Amor me lo pide, Amor me lo manda.
Y si acaso alguno quisiera saber
cómo quiero yo que la narración
quevoy a iniciarsea conocida,
quiero que se llame Roman de la Rosa,
do está contenido el arte de amar.
Su materia es muy bella y muy nueva.
A Dios le suplico que sepa aceptarla
aquélla a la cual yo se la dedico:
ella encierra en sítan grandes virtudes
y tan grandes méritos para ser amada,
que el nombre de Rosa le debe ser dado.
Guillaume De Lorris y Jean deMeun, Roman de la Rose págs 41 y 42. Selecionado por Natalia Sánchez Martín, segundo de Bachillerato. Curso 2012/2013