viernes, 8 de junio de 2018

Las flores del mal, Charles Baudelaiere

EL VINO

CVIII

EL VINO DE LOS AMANTES

¡Hoy me parece espléndido el espacio!
Sin freno, sin espuelas y sin brida,
cabalgando en el vino atravesemos
esos cielos divinos y fantásticos.

Vamos a ser los dos como unos ángeles
que abrasa una implacable calentura,
en el cristal azul de la mañana, 
sigamos los remotos espejismos.

blandamente mecidos sobre el ala
del torbellino que es inteligente,
en medio de un delirio paralelo,

oh hermana mía, nadaremos juntos,
huyendo sin reposo y sin treguas,
hacía aquel paraíso de mis sueños.


Charles Baudelaire, Las flore del mal, Planeta, (1840), páginas: 156

Seleccionado por: Jorge Egüez Yabita, primero de bachillerato, curso 2017-2018


Las flores del mal, Chales Baudelaire

SPLÍN E IDEAL

XLIX

EL VENENO

Sabe el vino dotar al tugurio más sórdido
de un lujo que parece milagroso,
y a menudo da vidas a portales de fábula
con sus rojos vapores que lo doran,
como un sol que se pone en un cielo de brumas.

Sé que el opio agiganta lo que no tiene límites,
que hace lo ilimitado mayor aún,
profundiza en el tiempo, los deleites ahonda,
y de placeres negros, melancólicos,
llena el alma hasta hacer que rebose de excesos.

Mas todo eso no puede compararse al veneno
de tus ojos tan verdes, que son lagos
donde el alma se ve temblorosa, invertida...
Allí acuden mis sueños en tropel
a beber en abismos que son todo amargura.

Mas todo eso no puede compararse al prodigo
cruel de tu saliva que corre,
que hunde mi alma incontrita en un pozo del olvido,
y la lleva arrastrada por el vértigo,
ya sin fuerzas, a orillas del gran mar de la muerte.


Charles Baudelaire, Las flore del mal, Planeta, (1840), páginas: 68

Seleccionado por: Jorge Egüez Yabita, primero de bachillerato, curso 2017-2018