Escena primera
BRUTO.- Los buenos motivos deben dejar lugar por fuerza a los mejores: la gente entre Filipos y este lugar no tiene por nosotros más que un afecto forzado, porque nos ha escatimado su contribución. El enemigo, marchando a lo largo de ellos, reforzará con ellos su gran número, llegando refrescado, aumentado y animado: esa ventaja se la quitaremos si le hacemos frente en Filipos, con esta gente a nuestra espalda.
CASIO.- Escúchame, buen hermano.
BRUTO.- Con perdón tuyo; además, debes tener en cuenta que hemos puesto a prueba a nuestros amigos hasta el extremo: nuestras legiones están completas hasta el borde, nuestra causa está madura: el enemigo aumenta de día en día, y nosotros estamos en la cima y a punto de declinar. Hay un flujo y reflujo en los asuntos de los hombres, que, si se toma en la subida, lleva a la fortuna, y si se descuida, toda la travesía de la vida queda encallada en bajíos y en miserias. En un mar así flotamos ahora, y debemos aprovechar la corriente cuando nos ayuda, o perder nuestra carga.
CASIO.- Entonces avanzaremos según tu deseo: iremos allá nosotros mismos y les encontraremos en Filipos.
William Shakespeare, Julio César, Barcelona, Editorial Planeta, Colección Clásicos Universales Planeta, 1981, página 159, Seleccionado por Pablo del Castillo Baquerizo, Segundo de Bachillerato, Curso 2014-2015.