ACTO CUARTO
ESCENA VI
Marqués (se queda mirándole asombrado). ¿Es posible? ¿Es posible? ¿Entonces, no le había conocido? ¿ No del todo? ¿ Se me había escapado, de verdad, ese pliegue de su corazón ? ¡ Desconfianza haca su amigo! ¡No! ¡ Sería una calumnia!... ¿ Qué me ha hecho para que acuse de la más débil de las debilidades? Y o mismo soy lo que le reprocho... Que le sorprenda... Sí ,puede ser, eso lo que creo de buen grado. ¿ Cuándo habría podido esperar de su amigo esa extraña cerrazón?... ¡Y también que le cause dolor! No puedo ahorrártelo , Carlos, y aún tengo que atormentar más a tu buena alma. El rey ha dado fe al recipiente en el que ha puesto su secreto sagrado, y la fe exige gratitud.¿ De qué servirá la locuacidad, si mi silencio no te causa algún dolor para evitarte quizá otro? ¿ Por qué mostrarle al que duerme los nubarrones de la tormenta que se ciernen sobre su cabeza?... Basta con que los haga pasar silenciosamente a tu lado y que cuando despiertes el cielo esté claro?.
Friedrich von Schiller, Don Carlos, RBA Coleccionables, S.A. Barcelona 1994, edición planeta S.A. Página 110.
Seleccionado por Andrea Martín Bonifacio, primero de bachillerato, curso 2016/2017.