- Si acaso quisieren saber esos señores quién ha sido el valeroso que tales los puso, diráles vuestra merced que es el famoso don Quijote de la Mancha, que por otro nombre se llama el Caballero de la Triste Figura.
Con esto se fue el bachiller, y don Quijote preguntó a Sancho que qué le había movido a llamarle el Caballero de la Triste Figura, má entonces que nunca.
- Yo se lo diré- respondió Sancho-; porque le he estado mirando un rato a la luz de aquella hacha que lleva aquel mal andante, y verdaderamente tiene vuestra merced la más mala figura de poco acá que jamás he visto; y débelo de haber causado, o ya el cansancio deste combate, o ya la falta de muelas y dientes.
- No es eso- respondió don Quijote-, sino el sabio a cuyo cargo debe de star escribir la historia de mis hazañas, le habrá parecido que será bien que yo tome algún nombre apelativo, como lo tomaban todos los caballeros pasados [...], y así digo que el sabio ya dicho te habrá puesto en la lengua y en el pensamiento ahora que me llamases el Caballero de la Triste Figura [...]
Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha, colección Millenium 1999, págs 134-135.
Seleccionado por Cristina Iglesias Jiménez.
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