viernes, 5 de febrero de 2010

William Shakespeare, Macbeth "Escena VI"

LADY MACBETH.- Lo que a ellos emborracha me da valor; lo que
a ellos apaga me enciende. ¡Silencio! Era el búho que ulula, fatal
mensajero, que da sus siniestras «buenas noches». Eso hace. Las puertas
abiertas y los guardias borrachos se mofan de su cargo roncando.
Drogué sus vasos de tal forma que vida y muerte se rifan sus cuerpos.
MACBETH.- ¡Eh! ¿Quién va? (Desde dentro.)
LADY MACBETH.- ¡Silencio! No vayan a despertarse y quede
todo sin hacer. Es el intento y no el acto lo que nos pierde. ¡Silencio!
Dejé allí los puñales. Tiene que verlos. Duncan durmiendo me
recordaba a mi padre, si no, yo misma lo habría hecho.
(Entra MACBETH.)
¡Esposo!
MACBETH.- Está hecho. ¿No has oído nada?
LADY MACBETH.- El grito del búho y el llanto de los grillos. ¿Y
tú no hablaste?
MACBETH.- ¿Cuándo?
LADY MACBETH.- Hace poco.
MACBETH.- ¿Cuándo bajaba?
LADY MACBETH.- Sí.
MACBETH.- ¡Escucha! ¿Quién duerme en la alcoba de al lado?
LADY MACBETH.- Donalbain.
MACBETH.- ¡Qué triste imagen!
LADY MACBETH.- Qué estúpido es decir «triste imagen».

MACBETH.- Uno reía en sueños y el otro despertándose gritó:
«¡Asesino!». Me paré a escucharlos. Rezaban. Y se volvieron a dormir.
LADY MACBETH.- Y juntos siguen durmiendo.
MACBETH.- Uno gritó: «¡Dios nos bendiga!»; y el otro: «Amén»,
como si hubieran visto mis manos de asesino. Los oí con tanto miedo
que al decir: «Dios nos salve», yo no supe decir: «Amén».
LADY MACBETH.- No pienses en ello.
MACBETH.- ¿Pero porqué no supe decir ese «Amén» bendito? ¿Por
qué ese «Amén» se me quedó en la garganta?
LADY MACBETH.- No pienses en ello o acabaremos locos.
MACBETH.- Oí un grito: «¡No durmáis más!» «¡Macbeth mata el
sueño!», el inocente sueño que repara el cansancio, la muerte de cada
día, el baño de las fatigas, bálsamo de la mente herida, primer sustento
en el banquete de la vida.
LADY MACBETH.- ¿Qué quieres decir?
MACBETH.- Y el grito todavía: «¡No durmáis más!» por toda la
casa. «Glamis mató el sueño y por lo tanto Cawdor no dormirá, M acbeth
no dormirá» nunca más.
LADY MACBETH.- ¿Pero quién gritaba? Valeroso señor, ¿por qué
aflojas tu entereza y torturas tu mente? Vamos, coge agua y limpia tus
manos de tan pegajoso testigo. Los puñales. ¿Por qué los has traído? Ve,
llévalos y mancha de sangre a los guardas dormidos.
MACBETH.- No. No me atrevo a mirarlo. M e da horror pensar en lo
que he hecho.
LADY MACBETH.- ¡Débil voluntad! Los puñales. Dámelos.
Sueño y muerte son imágenes falsas del diablo que sólo asustan a los
niños. Si todavía sangra pintaré con sangre la cara de los guardas. Que
parezca suya la culpa. (Sale.)

William Shakespeare, Macbeth "EscenaVI",  http://www.cervantesvirtual.com/FichaObra.html?Ref=14179)

Seleccionado por Fabiola Muñoz, segundo de Bachillerato, curso 2009/2010.

No hay comentarios:

Publicar un comentario