"Cuando al águila puso Constantino
contra el curso del cielo, que ya anduvo
tras el que unió a Lavinia su destino,
ante Dios, de Europa en la frontera,
cerca del monte en el que en el nido tuvo;
bajo el sacro plumaje, hizo que fuera
bajo el sacro plumaje, hizo que fuera
el gobierno imperial de mano en mano
y que, al cambiar, la mía lo tuviera.
César he sido: yo soy Justiniano,
que, por querer del primo amor que siento,
quité a la ley las sobras y lo vano.
Y antes de estar a tal trabajo atento,
que hay en Cristo, no más, una natura
creía, y con tal fe estaba contento;
más el santo Agapito, por ventura,
que fue sumo pastor, a la correcta
fe me llevó con su palabra pura.
Yo le creí, y aquella fe perfecta
veo tan clara como ve tu mente
toda cotradicción errada y corecta.
Ya al paso con la Iglesia, prontamente
Dios me inspiró que fuera el operario
del gran trabajo, al que me di obediente;
las armas entreguéa mi Belisario
al que el brazo del cielo estuvo unido
mostrando mi descanso necesario."
Dante, Divina Comedia. Página 427. Barcelona; año 1995. Editorial Planeta, S.A. Seleccionado por Javier Muñoz Castaño. Curso 2011-2012, segundo de Bachillerato
Dante, Divina Comedia. Página 427. Barcelona; año 1995. Editorial Planeta, S.A. Seleccionado por Javier Muñoz Castaño. Curso 2011-2012, segundo de Bachillerato
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