viernes, 9 de octubre de 2015

Jane Eyre, Charlotte Brontë





¡Qué extraños son los presentimientos! Aunque también lo son las simpatías humanas, así como las señales que nos transmiten las cosas. Estos tres fenómenos combinados constituyen un misterio del que la humanidad no ha encontrado la clave todavía. Jamás me he reído de los presentimientos, porque yo misma los he tenido muy extraños. Creo que existen las simpatías (por ejemplo, entre parientes que, a pesar de no tratarse durante largos períodos, reafirman el origen común del que proceden), y sus mecanismos desafían la comprensión de cualquier mortal. Y en cuanto a las señales, cuanto sabemos sobre ellas es que bien pudieran ser el resultado de la simpatía que la naturaleza le profesa al hombre.

Charlotte Brontë, Jane Eyre, León, Editorial Everest, Versión íntegra, 2013, Pág. 356.
Seleccionado por Paola Moreno Díaz. Segundo de Bachillerato. Curso 2015-2016.

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