viernes, 9 de octubre de 2015

La vuelta al mundo en ochenta días, Jules Verne.

Capítulo 18. En el que Phileas Fogg, Passepartout y Fix, cada uno por su lado, van a lo suyo.

     El tiempo fue bastante malo durante los últimos días de la travesía. Un viento muy fuerte del noroeste contrarió la marcha del paquebote, al que sometió a un fuerte balanceo que la inestabilidad del Rangoon agravaba considerablemente. Los pasajeros tuvieron motivos para guardar rencor a las grandes olas que el viento levantaba. Esas condiciones viraron a la tempestad durante las jornadas del 3 y del 4 de noviembre. La borrasca encrespó el mar con vehemencia. El Rangoon tuvo que estarse a la capa durante medio día, manteniéndose con diez vueltas de hélice solamente a fin de tomar las olas al sesgo. Se arriaron todas las velas, y aún sobraban todos esos aparejos que silbaban al paso de las ráfagas.

Jules Verne, La vuelta al mundo en ochenta días, Alianza Editorial, 1997, pág 159.
Seleccionado por Laura Agustín Críspulo. Segundo de bachillerato. 2015-2016.



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