España es uno de los países donde se encuentran aún hoy en mayor número esos nómadas dispersos por toda Europa y conocidos con los nombres de Bohémiens, Gitanos, Gypsies, Zigeuner, etc. La mayor parte habitan, o más bien llevan vidas errante, en las provincias del sur y del este, en Andalucía, Extremadura y el reino de Murcia; hay muchos en Cataluña. Estos últimos pasan frecuentemente a Francia. Se les encuentra en todas nuestras ferias del sur. Los hombres ejercen de ordinario los oficios de chalán, veterinario y esquilador de mulos; a ello unen la industria de arreglar calderos y utensilios de cobre, sin hablar del contrabando y otras prácticas ilícitas. Las mujeres dicen la buenaventura, mendigan y venden toda clase de drogas inocuas o no.
Los rasgos físicos de los gitanos son más fáciles de distinguir que de describir, y cuando se ha visto a uno solo, se reconocería entre mil a un individuo de esta raza. La fisonomía, la expresión, es, sobre todo, lo que les separa de los pueblos que habitan en el mismo país. Su tez es muy morena, siempre más oscura que la de las gentes entre las que viven. De ahí el nombre de calé, los negros, con el que ellos se designan frecuentemente. Los ojos, sensiblemente oblicuos, bien rasgados, muy negros, están sombreados por pestañas largas y espesas. Su mirada sólo puede compararse a la de una fiera. En ella se manifiestan al mismo tiempo la audacia y la timidez, y a este respecto los ojos revelan bastante bien el carácter de esta raza, astuta, atrevida, pero con temor natural a los golpes como Panurgo.
Prosper Mérimée, Carmen, Editora Catedra. Seleccionado por Esther Hernández Calvo, segundo de Bachillerato, curso 2012/2013.
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