viernes, 13 de noviembre de 2015

Adiós a las armas,Ernest Hemingway


-No, aún no. El doctor está con ella.
-¿Es grave?
-Muy grave.
La enfermera entró en la habitación y cerró la puerta. Me senté en el corredor. Me
sentí vacío. No pensaba, no podía pensar. Sabía que iba a morir y recé para que no
muriera. No la dejes morir. Oh, Dios mío, te lo ruego, no la dejes morir. Haré todo lo
que quieras si no la dejas morir. Te lo ruego, te lo ruego, te lo ruego. Dios mío, no la
dejes morir... Dios mío, no la dejes morir... Te lo ruego, te lo ruego, te lo ruego, no la
dejes morir... Dios mío, te lo ruego, no la dejes morir... Haré todo lo que quieras si no
la dejas morir... El niño ha muerto, pero a ella no la dejes morir. Tenías razón, pero
no la dejas morir... Te lo ruego, te lo ruego, Dios mío, no la dejes morir..
La enfermera abrió la puerta y, con el dedo, me indicó que entrase. La seguí a la
habitación. Catherine no levantó la vista cuando entré. Me acerqué a la cama. El
doctor estaba de pie al otro lado. Catherine me miró y sonrió. Me incliné sobre la
cama llorando.
-Mi pobre querido -dijo Catherine dulcemente. Tenía mal aspecto.
-No es nada, Cat -dije-, te curarás.
-Voy a morir -dijo. Se calló y añadió-: Y no quiero morir... no quiero.
Le cogí la mano.
-No me toques -dijo.
Le solté la mano. Sonrió.
-Mi pobre querido... sí, ya, tócame tanto como quieras.
-Te curarás, Cat. Sé que te curarás.
-Quería escribirte una carta por si pasaba algo, pero no lo hice.
-¿Quieres que vaya a buscar un sacerdote o alguien para que te vea?
-No quiero ver a nadie más que a ti. -Luego, después de un silencio-. No tengo
miedo, pero la idea de la muerte me causa horror.
-No debe hablar tanto -dijo el doctor.
-Bueno -dijo Catherine.
-¿Puedo hacer algo por ti, Cat? ¿Puedo ir a buscarte algo?
Catherine sonrió.
-No. -Un momento después añadió-: Lo que hacíamos juntos, ¿no lo harás con otra
mujer, dime? ¿No le dirás las mismas cosas?
-Nunca.
-Sin embargo, quiero que vayas con otras mujeres.

   Ernest Heingway, Adiós a las armashttp://www.novelas.rodriguezalvarez.com, pág.243
   Seleccionado por Daniel Carrasco Carril, segundo de bachillerato,curso 2015-2016.

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