LOS CRIMENES DE LA RUE Morgue
Las condiciones mentales que pueden considerarse como analiticas son, en sí mientras, de dificil analisis. Las consideramos tan solo por sus efectos. De ellas conocemos, entre otras cosas, que son siempre, para el que las posee, cuando se poseen en grado extraordinario, una fuente de vivismos goces. Del mismo modo que el hombre fuerte disfruta con su habilidad física, deleitándose en ciertos ejercicios que ponen en accion sus músculos, el analista goza con esa actividad intelectual que se ejerce en el hecho de desentrañar. Consigue satisfacción hasta de las más triviales ocupaciones que ponen en juego su talento. Se desvive por los enigmas, acertijos y jeroglíficos, y en cada una de las soluciones muestras un sentido de agudeza que parece al vulgo una penetración sobrenatural. Los resultados obtenidos por un solo espíritu y la esencia de su procedimiento adquieren, realmente, la apariencia total de una intuicíon.
Esta facultado de resolución está, tal vez, muy fortalecida por los estudios matemáticos, y especialmente por esa importantisima rama de ellos que, con ninguna propiedad y solo teniendo en cuena sus operaciones previas, ha sido llamada par excellence análisis. Y, no obstante, calcular no es intrínsecamente analizar. Un ajedrecista, por ejemplo, lleva a cabo lo uno sin esfozarse en lo otro.
El Escarabajo de Oro y otros cuentos, Edgar Allan Poe. Madrid. Anaya, Edicion: 1981. Pag 89.
Seleccionado por Javier Arjona Piñol. Primero de bachillerato, curso 2016-2017.
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