jueves, 29 de septiembre de 2011

Nana, Émile Zola.

Vandeuvres habá mirado a Faucherry. Ambos se hallaban detrás del marqués y lo olfateaban. Cuando Vandeuvres pudo cogerlo a parte, para hablarle de aquellaa agraciada persona a la que llevaba al campo, manifestó una gran sorpresa. Acaso lo habían vist con la baronesa Decker , en cuya casa pasaba a veces algunos días, en Virofly. Como única venganza preguntóle Vendeuvres bruscamente:
-Oiga, ¿por dónde ha pasado? Lleva el codo cubierto de telarañas y yeso.
-El codo -murmuró el marqués, algo turbado-. ¡Pues es verdad!... Un poco de suciedad... Se me habrá
pegado bajando de mi cuarto.
Íbanse algunas personas. Eran casi las doce . Sin hacer ruido dos criados recogían las tazas vacías y los platos de pastelillos. Las señoras habían vuelto ha formar su corrillo, más estrecho ahora, frente a la chimenea, y hablaban con más abandono que languidez de aquel final de velada. Adormilábase el mismo salón, unas sombras lentas caían de las paredes. Entoces habló Faucherry de marcharse. Sin embargo, se volvía a distraer mirando a la condesa Sabine . Descansaba ésta de sis cuidados de ama de casa, en su sitio acostumbrado, silenciosa, puestos los ojos en un tizón que se iba consumiendo en brasa, tan blanco y tan hermético el semblante, que le volvía las dudas al periodista. Con el resplandor del fuego, tomaba un matiz rubio del vello negro del lunar que tenía junto a la comisura de los labios. Era absolutamente el lunar de Nana, hasta en el color. No pudo por menos de comentárselo, al oido, a Vandeuvres. Sí que era verdad; nunca había reparado en ello. Y prosiguieron el paralelo entre Nana y la condesa. Ambos les encontraban un vago parecido en el mentón y en la boca; pero los ojos eran del todo distintos. Además Nana parecía buena chica, mientras que la condesa, cualquiera sabía, diríase una gata dormida. con las garras escondidas y las patas ligeramente agitadas por un temblor nervioso.

        Émilie Zola, Nana, Barcelona, ed. Planeta, año 1985, pág 68.
        Seleccionado por Luis Francisco Galindo Cano, curso 2011-2012, Segundo de Bachillerato.

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