El tío de la niña le dijo que sí, y, saludándose apresuradamente, ambos cambiaron algunas palabras, resultado de las cuales fue que la señora Chickenstalker sacudió a Fern con ambas manos, saludó a Trotty dándole un beso en la mejilla, de todo corazón, y abrazó a la niña hacia su enorme pecho.
-¡Will Fern! -dijo Trotty, tirándole del puño derecho-. ¿Es esta la amiga que estabas buscando?
-¡Ay! -contestó, poniendo sus manos en los hombros de Trotty-. Y parece ser casi tan buena amiga, si ello fuera posible, como éste que he encontrado.
-¡Oh! -dijo Trotty-. Pasen y vengan a tocar la música, por favor. ¿Serán tan amables?
Música de la banda, de las campanas, de los instrumentos rústicos; todo a la vez; y mientras tanto, las campanas de la iglesia estaban aún muy ocupadas, en el exterior; y mientras las campanas de la iglesia sonaban, Trotty, dejando que iniciaran el baile Meg y Richard, invitó a la señora Chickenstalker a salir a bailar, y bailó con un estilo desconocido en él, antes o después de aquel día, basado en su propio trotecillo peculiar.
¿Había soñado Trotty? ¿O acaso sus alegrías y sus penas, y los actores de ellas, no fueron sino un sueño, y el narrador de esta historia otro soñador que ahora despierta? Si así fuera, lector, a quien el narrador recuerda en todas sus visiones, intenta recordar siempre las realidades vivas de donde proceden esas sombras, y en tu propio entorno -no hay entornos demasiado grandes ni demasiado pequeños para esos propósitos-, esfuérzate por corregirlas, mejorarlas y dulcificarlas. Y que así el nuevo año sea realmente para ti un año nuevo feliz, un año nuevo feliz también para tantos cuya felicidad de ti depende. Y que cada año sea mejor que el pasado y que ni el más miserable de nuestros hermanos y hermanas se vea privado de la parte que le toca de lo que el Creador de todos ha formado para que todos lo disfrutemos.
Charles Dickens, Cuentos de navidad. Las campanas, cuento de duendes; cuarta parte. Gaviota, Biblioteca Universal de Clásicos Juveniles, Madrid,
2005, página 188. Seleccionado por Sara Paniagua Núñez, segundo de
bachillerato, curso 2013/2014.
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