Contra un ignorante
Cuentan que Dionisio compuso una tragedia muy floja y muy ridícula, hasta el punto de que, debido a ella, Filóxeno en muchas ocasiones fue a parar a las mazmorras por no poder contener la risa. Cuando se enteró de que se reían de él, adquiriendo la tablilla de cera de Esquilo sobre la que él solía escribir con soltura, creía que de la tablilla le vendría la inspiración y el estado de posesión;. Pero, sin embargo, escribió en ella algo con diferencia más ridículo, como por ejemplo:
murió Dónide la mujer de Dionisio.
Y aún más:Ay de mí, que perdí a una mujer excelente.
También eso le vino de la tablilla, y esto:
De los hombres los necios de sí mismos se burlan.
Esto último te lo podría haber dicho estupendamente a ti Dionisio, y por ello deberías haberle sacado brillo a la tablilla. ¿Qué esperanza tienes puesta en los libros, que estás constantemente enrollándolos, pegándolos, arreglándolos y borrándolos con azafrán y cedro, recubriéndolos con pastas, poniéndoles ribetes, como si estuvieses gozando, en cierto modo, de ellos? Al menos, con su compra ya has mejorado, cuando hablas de ese modo -eres más mudo que los peces-, y vives de una forma que no es decoroso explicar, y de parte de todos tienes un odio feroz por tu desvergüenza. Porque si los libros llevan a la producción de semejantes sujetos, hay que alejarse lo más lejos posible de ellos. Dos son las cosas que uno podría adquirir de los antepasados. el poder decir y el poder hacer las cosas como Dios manda, emulando a los mejores y rechazando a los peores. Pero, cuando se ve que uno no saca partido ni de un lado, ni del otro, ¿qué otra cosa hace sino comprar cepos para los ratones y habitáculos para los gusanos y golpes para los esclavos por si fueran negligentes?
Luciano de Samosata,Obras II,Editorial Gredos S.A. Madrid 2002, páginas 111 y 112.
Seleccionado por Andrea Sánchez Clemente. Primero de bachillerato. Curso 2016/2017
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