jueves, 18 de mayo de 2017

Odas y fragmentos, Píndaro


NEMEA IV (473?)

A TIMASARCO DE EGINA,
VENCEDOR EN LA PALESTRA


por esposa logró a una de las Nereidas de tronos excelsos.
Y vio el lugar de hermoso  círculo trazado,
 en el que asentados los reyes del cielo y del mar
le mosraron sus dones y fuerzas a él destinada.
¡ No se puede llegar al oscuro poniente de Gades!¡ Vuelve 
de nuevo a la tierra de Europa los dela nave!
Porque me es imposible recorrer por entero
la historia de los hijos de Éaco.

Para los teándridas vine, resuelto heraldo
de los certamenes que avigoran los cuerpos
en Olimpia, en el Istmo y Nemea - como di mi palabra-.
Allí superando la prueba, no volvieron a casa
sin coronas cargadas de frutos gloriosos, donde oímos,
Timasarco, que tu propio linaje se pone al servicio
de las canciones (coros) victoriales. Y si me pides
aún que a tu tío materno, a Calicles,

una columna levante más blanca que el mármol de Paros, (escucha)
Como el oro hirviendo en crisol
todos sus rayos revela, así el himno sobre nobles
hazañas pone a un hombre en dicha pareja
a los reyes. ¡Aquél, que ahora habita el Aqueronte, pueda 
oír mi voz que le canta allí donde él en la fiesta 
del dios de Tridente, que el abismo sacude,
triunfante floreció con el apio corintio!



Píndaro, Odas y fragmentos, editorial Gredos S.A. Publicada en Madrid 2002. Obra : NEMEA IV, Página 165/166
Seleccionado por Andrea Martín Bonifacio, primero de bachillerato, curso 2016/2017.

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