ASTANTE antes de los remotos y lejanísimos tiempos, mi queridísimo niño, era el Tiempo de los Verdaderos Comienzos; era por aquellos días cuando el más antiguo de los magos estaba preparando las cosas. Primero preparó la tierra; luego el mar; y finalmente dijo a todos los animales que salieran a jugar. Y los animales dijeron:
-¡Oh tú, el más antiguo de los magos! ¿A qué podemos jugar?
Y el mago les respondió: -Yo os lo enseñaré.
Se dirigió al elefante( el único elefante que había ) y le dijo:
-Juega a ser un elefante- y el único elefante que había jugó.
Se dirigió al castor (el único castor que había) y le dijo:
-Juega a ser un castor -y el único castor castor que había jugó.
Se dirigió a la vaca (la única vaca que había) y le dijo:
-Juega a ser una vaca -y la única vaca que había jugó.
Se dirigió a la tortuga (la única tortuga que había) y le dijo:
Juega a ser una tortuga -y la única tortuga que había jugó. Uno por uno se dirigió a todos los animales de tierra, a las aves y a los peces y les indicó a qué debían jugar.
Mas cuando estaba atardeciendo, en ese momento en el que las personas y las cosas se sientes inquietas y cansadas, llegó el hombre. (¿Piensas que con su propia hijita?) Pues sí, con su queridísima hijita sentada en su hombro, y dijo el hombre:
-¿Cuál es este juego, oh tú el más antiguo de los magos?
El más antiguo de los magos le respondió: -Oh hijo de Adán, este es el juego del verdadero comienzo; pero tú eres demasiado sabio para jugar a él.
Entonces el hombre le devolvió el saludo y le respondió: -Cierto, soy demasiado sabio para este juego; pero haz que todos los animales me obedezcan.
Mientras los dos se hallaban hablando, Pau Amma el cangrejo, que tenía el turno siguiente para el juego, pensó para sí: <
Fue al norte, queridísimo niño, donde encontró al único elefante, que hurgaba con los colmillos y pateaba con las patas la hermosa y limpia tierra que se había preparado para él.
-¿Kun?- preguntó el elefante, lo que quería decir:<<¿Lo estoy haciendo bien?>>.
-Payab kun- le respondió el más antiguo de los magos, lo que quería decir: <
Rudyard Kipling, Los cuentos de así fue, El cangrejo que jugó con el mar, Akal, páginas 169, 170, 171. Seleccionado por Paula Sánchez Gómez, segundo de bachillerato, curso 2013-2014.
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