viernes, 27 de noviembre de 2015

Ensayo sobre la ceguera, José Saramago



     Aquí no hay mas que mierda, pensó, usando una palabra que no formaba parte de su léxico habitual, demostrando una vez que la fuerza de las circunstancias y su naturaleza influyen mucho en léxico pensemos si no en aquel militar que también dijo mierda cuando le pidieron que se rindieran, absolviendo así el delito de mala educación futuros desahogos en situaciones menos peligrosas. Aquí no hay mas que mierda volvió a pensar y se disponía a salir cuando otro pensamiento le acudió como una providencia. Un estasblecimiento como este debe tener un almacén, no digo un almacén grande, que ese estará en otro sitio, probablemente lejos sino, una reserva de los productos de mas consumo. Excitada por la idea se lanzo a la búsqueda de una ida  se lanzo a la busqueda de una puerta cerrada que le condujera a la cueva de los tesoros, pero tdas estan abiertad, y dentro reinaba la misma devastacion, los mimos ciegos rebuscando en la misma basura. Al fin en un pasillo oscuro donde apenas  llegaba luz del sol, vio lo que parecía un montacargas. Las puertas metálicas estaban, cerradas y lado había otra puerta lisa, de las se deslizan sobre carriles.El sótano, pensó, los ciegos que llegaron aquí encontraron el camino cerrado, sin duda se dieron cuenta que se trataba de un ascensor, pero a nadia se le ocurrio que lo normal es que halla tambien una escalera para cuando falle, la energía eléctrica, por ejemplo, como es el caso.


José Saramago, Ensayo sobre la ceguera, punto de lectura,1995
Seleccionado por María Alegre Trujillo. Segundo de bachillerato. Curso 2015-2016

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