viernes, 12 de febrero de 2016

Papá Goriot, Honoré de Balzac


      Papá Goriot, anciano de sesenta y nueve años, habíase retirado a la casa de la señora Vauquer en 1813, después de haber abandonado los negocios. Primero había tomado el apartamento ocupado por la señora
      Couture, y pagaba entonces mil doscientos francos de pensión, como hombre para quien cinco luises más o menos eran una bagatela. La señora Vauquer había arreglado las tres habitaciones de aquel apartamento mediante una cantidad previa que pagó, según dicen, el valor de un mal mobiliario compuesto de cortinas de algodón amarillo, sillones de madera barnizada tapizados de terciopelo de Utrecht, algunas pinturas a la cola y unos papeles que las tabernas de los suburbios rechazaban. Quizá la despreocupada generosidad que puso en dejarse atrapar papá Goriot, que por aquel entonces era llamado respetuosamente señor Goriot, le hizo considerar como un imbécil que no entendía de negocios. Goriot llegó provisto de una guardarropa bien abastecido, el magnífico ajuar del negociante que no quiere privarse de nada al retirarse del comercio. La señora Vauquer había admirado dieciocho camisas muy finas, cuya calidad resaltaba aún más porque el antiguo fabricante de fideos llevaba en la pechera dos agujas unidas por una cadenilla, y cada una de las cuales llevaba un diamante de gran tamaño.

Honoré de Balzac, Papá Goriot, https://clasesparticularesenlima.files.wordpress.com/2015/04/balzacpapa-goriot.pdf
Seleccionado por Laura Agustín Críspulo, Segundo de Bachillerato. Curso 2015-2016.

No hay comentarios:

Publicar un comentario