viernes, 19 de febrero de 2016

La importancia de llamarse Ernesto, Oscar Wilde

        GRESFORD. - Entonces, ¿qué me aconseja usted? No necesito decirle que estoy dispuesto a todo con tal de hacer la felicidad de Susana.
        LADY BRACKNELL.- Pues le aconsejo, míster Gresford, que trate de adquirir lo antes posible algunos parientes presentables, y que haga un último esfuerzo para descubrir a su padre o a su madre - con uno basta- antes de que termine la estación.
        GRESFORD.- Pues no sé cómo me las voy a arreglar. Yo. lo que puedo presentar en todo momento es la maleta. Encima de un ropero la tengo. Y me parece que podría usted muy bien darse por satisfecha, lady Bracknell.
        LADY BRACKNELL.- ¿Darme por satisfecha? ¿Qué está usted diciendo? ¡Supongo que no tendrá usted la pretensión de que vayamos a consentir en que nuestra hija única, educada con el mayor esmero, contraiga matrimonio con un equipaje! ¡Usted lo pase bien, míster Gresford! (Sale con una majestuosa indignación.
        GRESFORD.- ¡A los pies de usted! (ARCHIBALDO, desde la habitación contigua, empieza a tocar la marcha nupcial.) ¡Por amor de Dios, ten la bondad de no tocar ese aire fúnebre! ¡Cuidado que eres estúpido! (Cesa la música y aparece ARCHIBALDO, muy regocijado.)
         ARCHIBALDO.- Qué, ¿no salió todo a gusto tuyo, eh? ¿Te dijo que no Susana? ¡Me lo figuraba!                                    GRESFORD.- ¡Oh, con Susana va como una seda! Su madre es la que es absolutamente insoportable. En mi vida he encontrado una gorgona semejante. No estoy seguro de cómo son las gorgonas; pero no me cabe duda de que lady Bracknell es una. Por lo menos es un monstruosin ser un mito; lo que no está nada bien... ¡Dispensa, chico, no recordaba que era tu tía!...
         ARCHIBALDO.- No, no. Si a mí me encanta oír hablar mal de mis parientes. Es lo único que me ayuda a soportarlos. Los parientes son un hatajo de gente absurda, que no tiene la más remota idea de cómo se debe vivir, ni el más leve instinto de cuándo deben morirse. 
        GRESFORD.- ¡Eso es una tontería!
        ARCHIBALDO.- ¡No lo es!




Wilde,Oscar , La importancia de llamarse Ernesto, http://www.moreliain.com/secciones/CULTYTRAD/libros/Oscar%20Wilde%20-%20La%20Importancia%20de%20llamarse%20Ernesto.pdf,
Seleccionado por Paola Moreno Díaz , Segundo de Bachillerato, Curso 2015-2016.






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