Capítulo XLIX
DE CÓMO PRICRÓCOLO TUVO MUY
MALA FORTUNA CUANDO HUÍA, Y DE
LO QUE HIZO GARGANTÚA DESPUÉS
DE LA BATALLA
Pricrócolo, desesperado, huyó hacia la isla de Bouchard y , en el camino de Rivère, su caballo tropezó y cayó, lo que le encolerizó e indigno tanto, que mató al noble bruto con la espada. Luego, no encontrando a nadie que le procurara con otra cabalgadura, quiso llevarse un asno del molino que había cerca de allí; pero los molineros moliéronle a palos, le hicieron pedazos las ropas, y le dieron para cubrirse una mala chamarreta.
El pobre hombre, rabioso u furibundo, se marchó de allí. Cruzó después el agua en Port-Huault y, al contar sus infortunios a una vieja hechicera, está le predijo que le sería devuelto su reino cuando vinieran las coquecigrullas. Desde entonces no se sabe lo que ha sido de él.
Sin embargo, me han dicho que se hala al presente Lyon haciendo de ganapán tan colérico como antes, y preguntando a cuatro forasteros encuentra por la venida de coquecigrullas, pues sigue abrigando la esperanza de que cuando éstas lleguen se cumplirá la predicción de la vieja y le será devuelto su reino.
Lo primero que hizo Gargantúa después de la retreta fue contar sus gentes, comprobando que había tenido pocas bajas en las batalla; tan sólo Ponócrates, que había recibido un arcabuzazo en su jubón, y algunos infantes de la compañía del capitán Tolmere. Hizo que les dieran de comery ordenó a sus tesoreros que pagaran la comida; mandó, además, que no se causaran daños en la ciudad, puesto que era suya, y que después de comer se reunieran todos en la plaza, delante del castillo, donde les pagarían la soldada de seis meses, orden que fue cumplida.
Después mandó que se reunieran en dicha plaza todos los que quedaban del partido de Picrócolo. a los cuales, en los que quedaban del partido Picrócolo, a los cuales, en presencia de todos sus príncipes y capitanes, le habló como sigue:
Después mandó que se reunieran en dicha plaza todos los que quedaban del partido de Picrócolo. a los cuales, en los que quedaban del partido Picrócolo, a los cuales, en presencia de todos sus príncipes y capitanes, le habló como sigue:
François Rabelais, Grargantúa y Pantagruel, editorial RBA coleccinables SA, año 1995en Barcelona, capítulo XLIX, página 152
Seleccionado por Andrea Martín Bonifacio, primero de bachillerato, curso 2016/2017.
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