lunes, 15 de diciembre de 2014

Anónimo, Cantar de Roldán

                       CXIV (CXVI)                    





     Hay allí un sarraceno, viene de Zaragoza
     (de toda la ciudad, una mitad es suya);
     su nombre es Climborín, mas no es de los notables:
     fue quien tomó la jura del conde Ganelón
     y en prueba de amistad le besara en la boca
     y que le regalara un yelmo y un carbunclo.
     Nuestra tierra francesa deshonrará, eso dice,
     y que al emperador quitará la corona,
     Cabalga en su caballo, que llama Barbamosca,
     que un gavilán más rápido, o que una golondrina.
     Lo aguija cuanto puede, lo deja a rienda suelta
     y se va a acometer a Engelier de Gascuña.
     No puede protegerlo la cota ni el escudo:
     la punta de la pica se la mete en el cuerpo
     y, apoyando con fuerza, le pasa todo el hierro
     y, sacudiendo el asta, lo abate muerto al suelo.
     Va gritando después: <<¡Muy fáciles son éstos!
     ¡Paganos, golpead y deshaced la hueste!>>
     Y los franceses: <<¡Dios, qué valiente perdimos!>>




Anónimo, Cantar de Roldán, Madrid, LETRAS UNIVERSALES, Editorial Cátedra, 1999, página 96 y 97. Seleccionado por Pablo del Castillo Baquerizo. Segundo de bachillerato. Curso 2014-2015.

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