LOS CABALLEROS
DEMÓSTENES
¡Ayayay! ¡Qué desgracia! ¡Ay! ¡Ay! ¡Ojalá! acaben los dioses malamente con ese malvado recien comprado, el Paflagonio, y con sus intrigas, pues desde que se metió en casa siempre logra que se zurre la badana a los criados.
NICIAS
Y que sea el primero de los paflagonios en acabar con sus calumnias de la peor manera.
DEMÓSTENES
Infeliz, ¿cómo te encuentras?
NICIAS
Mal, como tú.
DEMÓSTENES
Ven aquí entonces y toquemos llorando a dúo con la flauta un endecha de Olimpo.
DEMÓSTENES Y NICIAS (Imitando el sonido de la flauta)
Mu, mu, mu, mu, mu.
DEMÓSTENES
¿Por qué gemimos en vano? ¿No deberíamos buscar el modo de salvarnos ambos y dejar de llorar?
NICIAS
Dímela tú, para no pelearnos.
DEMÓSTENES
¡Por Apolo! Yo no. Habla con confianza y luego te expondré mi parecer.
NICIAS
De eso ni pizca tengo. ¿Cómo lo expresaría de un modo sutil, al estilo de Eurípides? ¿Podrías decirme tú lo que es menester que diga?
DEMÓSTENES
No, por favor, no me hagas tragar perifollos y encuentra algún "pasacalle" para pasar del amo.
NICIAS
Repite entonces muchas veces "cabullámonos", empalmándolas así.
DEMÓSTENES
Vale. Lo digo: "cabullámonos".
NICIAS
Añade "es" detrás de "cabullámonos".
DEMÓSTEMES
"Es"
NICIAS
Muy bien. Di ahora "cabullámonos" y luego "es", despacito primero y luego, como si te la menearas, dándole más rápido a la cosa.
DEMÓSTENES
Cabullámonos es, cabullámonos, escabullámonos.
NICIAS
Ya está. ¿No te gusta?
Aristófanes, Comedias, Editorial Gredos, Madrid, 2000, páginas 163-165.
Seleccionado por Rebeca Serradilla Martín.Primero de Bachillerato. Curso 2016-2017.
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