jueves, 27 de abril de 2017

Las aventuras de Tom Sawyer, Mark Twain

Capítulo 15

       Unos minutos después Tom se encontraba en el agua poco profunda del banco, vadeando hacia la orilla de Illinois. Antes de que el agua le llegara a la cintura ya estaba a medio camino; la corriente ya no le permitía vadear, así que confiadamente se echo a nadar los cien metros restantes. Nadó al sesgo aguas arriba, pero la corriente le arrastraba hacia abajo más rápido de lo que había supuesto. Sin embargo, alcanzó al fin la ribera y se dejó arrastrar hasta que encontró un lugar donde el banco era bajo, y trepó la tierra. Metió la mano en el bolsillo de la chaqueta, encontró a salvo su trozo de corteza, y luego se adentró por el bosque, siguiendo paralelo a la orilla, con la ropa chorreando agua. Poco antes de las diez llegó a un claro situado frente a la aldea y vio el transbordador amarrado bajo la sombra de los árboles y de la escarpada orilla. Todo estaba en silencio bajo las centelleantes estrellas. Bajó a gatas hasta la orilla, vigilando con los ojos bien abiertos, se tiró al agua, nadó tres o cuatro brazadas y trepó al esquife que servía de yola, amarrado a la popa del transbordador. Se escondió debajo de los bancos transversales y esperó, jadeante.


       Mark Twain, Las aventuras de Tom Sawyer. Madrid, Anaya. Laurin, primera edición, 1984. Página 122.
       Seleccionado por Andrea Alejo Sánchez. Primero de bachillerato, curso 2016-2017. 

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