Acto segundo
Primera escena
HERMÍONE
¿Por qué quieres, cruel, enconar esta herida?
Tengo miedo a saber cómo soy en tan trance.
Te lo ruego, no creas lo que ves con tus ojos:
cree más bien que ya no amo, mi victoria celebra;
cree que a mi cvorazón lo endurece el despecho;
y si puedes consigue que también yo lo crea.
Que le deje me pides. ¡Pues bien!¿Qué me detiene?
Sí, partamos, dejémosle con su indiga conquista.
Que conquiste por fin su cvautiva al guerrero.
Hay que huir... ¡Mas si vuelve mi amor al ingrato!
¡Si volviera a ser fiel su traidor corazón
¡Si acudiese a mis pies a pedirme su gracia!
¡Ay, amor, si pudiera someterle a mis leyes!
¡Si quisiera...!Mas no, solo quiere afrentarme.
Nos salgamos de aquí y turbemos su dicha;
que nos sea un placer poder serle importunos;
u obligando a que rompa tan solemne promesa,
que se muestre perjuro ante todos los griegos.
Ya he logrado atraer sobre el hijo su cólera;
ahora quiero que exijan además a la madre.
Que conozca el dolor que ella me hace sufrir;
que por ella se pierde o que dé muerte a Andrómaca.
Jean Racine, Andrómaca, Acto segundo, Escena primera, Barcelona, RBA editores, Colección Historia de la Literatura, 1994, págs 28
Seleccionado por Andrea Martín Bonifacio, primero de bachillerato, curso 2016/2017.
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