viernes, 8 de enero de 2016

Opiniones de un payaso, Heinrich Böll


  • En Bonn las cosas sucedían siempre de modo muy distinto; allí nunca he salido a escena, allí vivo, y el taxi que tomaba nunca me llevaba a un hotel, sino a mi propio piso. Debí decir: nos llevaba, a Marie y a mi. Ningún conserje en la casa, a quien pudiese yo confundir con un empleado del tren y, sin embargo, este piso, en el cual paso de tres a cuatro semanas cada año, es para mí más extraño que cualquier hotel. Tuve que contenerme para no tomar un taxi en la estación de Bonn: este gesto lo tengo tan bien ensayado que casi me pone en un apuro. Me quedaba un solo marco en el bolsillo. Permanecí en la escalinata y comprobé mis llaves: para la puerta de la casa, para la del piso, para mi escritorio; en el escritorio encontraría las llaves de la bicicleta. Hace tiempo que pienso en una pantomima con llaves: pienso en un manojo de llaves de hielo, que se van derritiendo mientras transcurre el número.
Böll, Heinrich, opiniones de payaso, 
https://aullidosdelacalledotnet.files.wordpress.com/2014/08/heinrich-boll-opiniones-de-un-payaso.pdf. Texto seleccionado por Paola Moreno Díaz , segundo de bachillerato, curso 2015-2016.

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