jueves, 30 de marzo de 2017

Guillermo Tell, Friedrich von Schiller


Acto cuarto

Escena primera

       Orilla de la parte del lago de los Cuatro Cantones.
    Rocas abruptas de formas extrañas cierran la perspectiva al oeste. El lago está agitado, violento ruido de las olas interrumpido por rayos y truenos.
      Kunz von Gersau. Pescador y joven pescador.

  KUNZ. Yo lo he visto con mis propios ojos, podéis creerme, toda ha sucedido tal y como os lo he dicho.
  PESCADOR. Tell preso y deportado a Jüssnacht, el mejor hombre del país, el brazo más recio, si un día tuviéramos que defender nuestra libertad por la fuerza.
  KUNZ. El mismo gobernador le lleva a través del lago; yo partí de Flüelen cuando estaba a punto de embarcarse, sin embargo, la tormenta, que ahora se cierne y que también a mí me ha obligado a desembarcar aquí apresuradamente, puede haber impedido su partida.
  PESCADOR. ¡Tell aherrojado, en poder del gobernador! ¡ Oh, creedme, le encerrará en un calabozo muy hondo, para que no vuelva a ver la luz del día! ¡Pues tiene que temer la justa venganza del hombre libre al que ha provocado gravemente!
  KUNZ. También dicen que el ex magistrado mayor,el noble señor Von Attinghausen, está muriéndose.
 PESCADOR. ¡Entonces se rompe la última ancla de nuestra esperanza! ¡Que él era el único que quedaba capaz de alar su voz para defender los derechos del pueblo!
  KUNZ. La tormenta crece. Que lo paséis bien, yo me alojaré en el pueblo, pues hoy ya no puede pensarse en partir.
  PESCADOR. ¡Tell preso y el barón muerto! ¡Alza tu frente insolente, tiranía, arroja de ti toda la vergüenza! ¡ La boca de la verdad está muda, el ojo vidente está ciego, el brazo que debía salvarnos está encadenado!


Friedrich von Schiller, Guillermo Tell, RBA Coleccionables, S.A. Barcelona 1994, edición planeta S.A. Página 235
Seleccionado por Andrea Martín Bonifacio, primero de bachillerato, curso 2016/2017.

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