jueves, 6 de abril de 2017

Obras I, Luciano de Samósata

   A la derecha aparece sentado un hombre de orejas descomunales, casi como las de Midas, extendiendo su mano a la Calumnia, mientras ésta, aun a lo lejos, se le aproxima; en torno a éste permanecen en pie dos mujeres, a mi parecer la Ignorancia y la Sospecha. Por otro lado avanza la Calumnia, mujer de extraordinaria belleza, aunque presa de ardor y excitación, , transparentando ira y furor, con una antorcha encendida, en la izquierda y arrastrando con la diestra, de los cabellos, a un joven que alza sus manos al cielo e invoca a los dioses. La dirige un hombre pálido y feo, de mirada penetrante y aspecto análogo al de quienes consume una grave enfermedad: podría suponerse que es la Envidia. Le dan también escolta otras dos mujeres, que invitan, encubren y engalanan a la Calumnia; según me explicó el guía de la pintura, una era, la Asechanza , y la otra el Engaño. Tras ellas seguía una mujer que se llamaba -según creo- el Arrepentimiento. En efecto, volvíase hacia atrás llorando y llena de vergüenza dirigiendo miradas furtivas a la Verdad, que se aproximaba.
Así presentó Apeles su arriesgada experiencia en la pintura.
    Bien, asimismo nosotros, si os parece, siguiendo el método del pintor Éfeso, consideremos las características de la calumnia, tras describirla primero con una definición, pues así nuestra imagen será más nítida.









Obras I, Luciano de Samósata, Editorial Gredos, S.A., Madrid, 2002. Pág 104.
Seleccionado por Marta Talaván González. Primero de bachillerato, curso 2016-2017.

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