Capítulo IV
-Desde luego, estos chiquillos han cogido el sarampión ene el mejor momento-exclamó Meg un día de abril mientras arreglaba su equipaje en la habitación, ayudada por sus hermanas.
-Y Annie Moffat ha sido muy contenta al no olvidar la promesa que te había hecho. Disfrutaría mucho con quince días de diversión -Comentó Jo, que parecía un ventilador al plegar las faldas con sus largos brazos.
-¡ Y con un tiempo tan espléndido! -añadió Beth, colocando cuidadosamente cintas y lazos en su mejor estuche, que había prestado a su hermana para aquella gran ocasión.
-A mí también me gustaría ir y lucir todo esto -replicó Amy con la boca llena de alfileres, que distribuía ordenadamente en el acerico de su hermana.
Louis May, Mujercitas, Torino (Italia), Everest, 2014, página 170.
Seleccionado por: Pablo Galindo Cano. Segundo de bachillerato. Curso 2014-2015.
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