De su lecho , dejando a Titón el glorioso, la Aurora levantóse a ofrecerles el día a los dioses y hombres; y los dioses en junta reuniéronse, y lo presidía Zeus el altitonante, el que tiene poder soberano. De Odiseo contaba Atenea las penas, muy triste al pensar siempre que en su mansión lo tenía la Ninfa.
- Padre Zeus, y vosotros los dioses felices y eternos, que ningún rey que empuñe su cetro se muestre suave, ni benigno ni blando, ni piense en las cosas más justas, ya que nadie a Odiseo divino recuerda entre aquellos ciudadanos a quienes regía como un tierno padre. Hállase en una isla sufriendo terribles trabajos con la ninfa Calipso, en su casa, que allí lo retiene a la fuerza, y no puede volver a su tierra paterna, pues carece de naves remeras y de hombres que puedan conducirlo a través de la espalda anchurosa del ponto. Y ahora quieren matar a su hijo amadísimo, cuando a su casa regrese; queriendo saber de su padre se fue a Lacedemonia divina y a Pilos la sacra.
Y repúsole Zeus, el que nubes reúne, diciendo:
-¿Qué palabras, oh hija, se van del vallar de tus dientes?¿Es que acaso no has sido tú misma quien ha decretado que a su patria, a vengarse de aquéllos, volviera Odiseo?Con respecto a Telémaco, debe guiarlo discreta, ya que puedes hacerlo, y que llegue sin daño a su patria, y que los pretendientes que van en su nave regresen.
Homero, Odisea, Barcelona, RBA, col.Historia de la literatura, 2000, páginas 75 y 76.
Seleccionado por Lucía Pintor del Mazo. Segundo de bachillerato.Curso 2014-2015
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