CCXXXIX
Hacia la aurora, donde dulce el aura
en la nueva estación mueve las flores,
y comienzan los pájaros sus versos,
tan dulces las ideas en el alma
se van a quien las tiene por la fuerza
que regressa conviéneme a mis notas.
¡Templar pudiera en tan süaves notas
mi suspirar para endulzar a Laura,
haciendo la razón lo que en mí fuerza!
Más será invierno el tiempo de las flores
antes que amor florezca en aquel alma
que nunca valoró rimas ni versos.
¡Cuántas lágrimas, triste, y cuántos versos
esparcí ya en mi tiempo; en cuántas notas
he procurado doblegarle el alma!
Mas ella sigue como roca al aura
que, aunque mueve las frondas y las flores,
nada puede si encuentra mayor fuerza.
A hombres, dioses, Amor venció por fuerza,
como puede leerse en prosa y verso,
y yo cómo lo comprobé al brotar las flores.
Ni mi señor ahora ni sus notas
ni mis ruegos ni llanto hacen que Laura
prive de vida o de martiro al alma.
nada puede si encuentra mayor fuerza.
A hombres, dioses, Amor venció por fuerza,
como puede leerse en prosa y verso,
y yo cómo lo comprobé al brotar las flores.
Ni mi señor ahora ni sus notas
ni mis ruegos ni llanto hacen que Laura
prive de vida o de martiro al alma.
Francesco Petrarca, Cancionero II, Madrid, ed.Cátedra, col.Tercera, página 722,723
Seleccionado por Lucía Pintor del Mazo. Segundo de bachillerato. Curso 2014-2015
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