SEGUNDA PARTE DE LA TRAGEDIA
PRIMER ACTO
PARAJE AMENO
ARIEL. ¡Escuchad el estruendo de las Horas!
Sonando a los oídos del espíritu
el nuevo día acaba de nacer.
Puertas de roca suenan y retumban,
ruedas de Febo avanzan con estruendo,
¡qué estrépito se acerca con la luz!
Hay ruido de tambores y trompetas,
se pasman las miradas, los oídos ;
no se oye lo inaudito. Deslizaos
dentro de las corolas de las flores,
más hondo, hasta habitar en el silencio,
en las rocas, debajo del follaje.
Sordos os quedaréis, si os llega el ruido.
FAUSTO. El pulso de la vida late con frescor vivo,
al saludar, benigno, la aurora por el éter.
Tu también, tierra, has sido constante en esa noche,
y alientas reviviendo otra vez a mis pies,
y empiezas a rodearme de nuevo de alegría;
mueves y excitas una decisión poderosa
de esforzarme constante a la vida más alta...
Johann W. Goethe, Fausto, Barcelona, Planeta, 1980, página 141
Seleccionado por Lucía Pintor del Mazo . Segundo de bachillerato. Curso 2014-1015
No hay comentarios:
Publicar un comentario