CLX
Amor y yo de maravilla lleno,
como quien nunca ha visto lo increíble,
vemos a aquella cuando habla o ríe
que tan sólo a ella misma se parece.
Desde el bello sosiego de las cejas
mis leales estrellas tanto brillan
que no existe otra luz que inflame o guíe
a quien amar tan alto se propone.
¡Qué milagro es aquél, cuando en la hierba
casi una flor parece, o cuando oprime
con su cándido seno un verde brote!
¡Y qué dulzura en la estación temprana
verla pasar a solas pensativa,
tejiendo una guirnalda al oro terso!
Francisco Petrarca, Cancionero II, Madrid, Editorial: Cátedra, Colección: Tercera, páginas 551
Seleccionado por Alejandro López Sánchez. Segundo de bachillerato. Curso 2014-2015
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