lunes, 9 de febrero de 2015

     La tempestad se desencadenó durante toda la noche, pero no produjo nada extraordinario.
     Al día siguiente, por la mañana, cuando bajaron a almorzar, encontraron de nuevo la terrible mancha sobre el entarimado.
     -No creo que tenga la culpa el "limpiador sin rival"- dijo Washintong-, pues lo he ensayado sobre toda clase de manchas. Debe de ser  cosa del fantasma.
     En consecuencia, borró la mancha, después de frotar un poco.
     Al otro día, por la mañana, había reaparecido.
     Y, sin embargo, la biblioteca permanecía cerrada la noche anterior, llevándose arriba la llave mistress Otis.
     Desde entonces, la  familia empezó a interesarse por aquello.

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