jueves, 2 de febrero de 2017

Del Espíritu de las Leyes, Montesquieu



Tercera parte
Libro XIV
De las leyes en su relación con la naturaleza del clima
Capítulo II: Los hombres son diferentes según los diversos climas.

   El aire frío contrae las extremidades de las fibras exteriores de nuestro cuerpo: ello aumenta su actividad y favorece el retorno de la sangre desde las extremidades al corazón. Disminuye además la longitud de dichas fibras, por lo que su fuerza queda aumentada. El aire cálido, por el contrario, relaja las extremidades de las fibras y las alargas, por lo que su fuerza y su actividad disminuyen.
   Así, pues, el hombre tiene más vigor en los climas fríos: la actuación del corazón y la reacción de las extremidades de las fibras se realizan con más facilidad, los líquidos se equilibran mejor, la sangre fluye con más facilidad hacia el corazón y, recíprocamente, el corazón tiene más potencia. Este incremento de fuerza debe producir muchos efectos, por ejemplo: más confianza en sí mismo, es decir, más valentía; mayor consciencia de la propia superioridad, es decir, menor deseo de venganza; idea más afianzada de seguridad, es decir, más franqueza, menos sospechas, menos política y menos astucias. Finalmente, ello debe dar origen a caracteres muy diferentes.


Montesquieu, Del Espíritu de las Leyes, colección clásicos del pensamiento, 5º edición publicada en 2002, editorial Tecnos, pag 155 , tercera parte, libro XIV.
Seleccionado por Lara Esteban González, primero de bachillerato, curso 2016-2017.

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