-¡ No te puedes imaginar lo contenta que estoy de volverte a ver, mi querida pequeña!- dijo la Duquesa, al tiempo que metía el brazo afectuosamente por debajo del de Alicia, y se alejaban juntas.
Alicia se alegró mucho de encontrarla de tan buen humor, y pensó que quizá era la pimienta lo que la había puesto tan violenta cuando se conocieron en la cocina.
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